
5 CLAVES de composición musical PARA PRODUCIR en estudio (2023)
Si has escrito una canción y quieres grabarla en un estudio o producirla de forma profesional, puede que te preguntes si tu composición musical cumple con los requisitos para realizar la producción de forma correcta.
Desde nuestra experiencia produciendo a compositores y artistas en nuestro estudio de grabación online, creamos este artículo en el que encontrarás información e ideas sobre 5 aspectos clave que te ayudarán a definir los últimos pasos para componer tu canción y a descubrir la mejor forma de prepararla para las distintas fases de la producción musical.
Aquí los 5 aspectos clave que detallamos a continuación:
- Mejora la armonía y melodía
- Define el tono o tonalidad
- Decide el tempo (bpm) definitivo
- Revisa la estructura y duración
- Visualiza el estilo y dirección musical
1- Mejora la armonía y melodía de tu canción
Grábate interpretando la canción con un instrumento y voz. Puedes hacerlo de forma sencilla con el grabador de notas de voz del teléfono o con un software de grabación. Al escucharte hazte la siguientes preguntas: ¿crees que la armonía y melodía es lo suficiente interesante durante todo el tema?, ¿hay algún fragmento en el que se vuelve demasiado repetitivo?, ¿el estribillo (coro o chorus) consigue crear un clímax, subida o melodía diferenciada respecto a los versos o estrofas?
Localiza las partes más débiles, es ahí donde puedes intentar modificar algún acorde, variar el ritmo o la melodía. Asegúrate que el tema mantiene el interés y que los estribillos consiguen sorprender al oyente y generar la emoción que estás buscando. También puedes crear una parte melódica o riff instrumental que sea fácil de recordar (Hook o gancho en música),
Tienes tiempo para acabar la melodía y la letra hasta la grabación de voz en estudio (se realiza tras los arreglos o instrumentación), pero piensa que si alguna modificación te lleva a variar la rueda de acordes, quizá llegues demasiado tarde y ya estén grabados los instrumentos. Anticípate y realiza esos cambios desde la base de la composición musical.
Ideas: puedes hacer alguna variación en los acordes o melodía de voz durante la segunda estrofa o verso. También puedes sustituir algún acorde en la última repetición del estribillo final.
2- Define el tono o tonalidad de la composición musical
Decide en qué tono se grabará la canción. De nuevo, cambiar esta decisión una vez realizada la instrumentación puede hacer que tengamos que volver a grabar pistas que ya eran definitivas o editarlas con procesos como «time stretching» y «pitch» que degradan la calidad de audio.
Usa una cejilla (cejuela, capo) con la guitarra o utiliza la función «transpose» en un teclado controlador MIDI, o instrumento virtual para transportar la tonalidad y probar la tesitura de voz. Si compones con piano, u otro instrumento acústico puedes probar a cantar el tema solo marcando los bajos (nota más grave de cada acorde) antes de transportar todos los acordes a la tonalidad definitiva.
Al cantar, fíjate si alguna de las partes te queda alta o forzada, o demasiado grave y relajada. A no ser, claro, que sea lo que quieres transmitir. Prueba varios tonos y decide cuál funciona mejor escuchándote de forma objetiva, por ejemplo al día siguiente.
Consejo: ten cuidado al decidir el tono de una canción sentado en tu habitación, cuando lo vas a acabar cantando en un estudio insonorizado, con auriculares de estudio, estando de pié, y emitiendo más voz. Intenta cantar al mismo volumen y en la posición que lo harás cuando grabes la voz en estudio.
3- Decide el tempo (bpm) definitivo del tema.
El bpm en música son las pulsaciones por minuto (beats per minute) y se usa para medir el ritmo de una composición musical. El número de bpms suele medir el valor de la negra como figura rítmica, que a modo práctico, suele ser lo que marcamos con el pié si seguimos el ritmo de la canción.

Usa una app de metrónomo o activa la claqueta (click) en tu software de grabación. También puedes usar un metrónomo online. Toca el tema a distintas velocidades y busca el tempo que funcione mejor. Fíjate en la sensación que provoca cada velocidad y observa el fraseo de la voz. Analiza si es demasiado precipitado o relajado. Cuando lo tengas, prueba con pequeñas variaciones, entre uno y dos bpms arriba o abajo, para acabar de encontrar el tempo definitivo para la base instrumental.
Comenzar a producir a partir de una grabación básica realizada con claqueta facilitará muchísimo el trabajo inicial y evitará que el productor tenga que definir el tempo por ti.
Si tu composición tiene cambios de tempo (partes en las que se modifica el bpm), puedes usar el metrónomo cómo guía del tempo inicial y realizar la grabación sin click. Luego el productor podrá realizar el «mapa de tempo» en su software de grabación. Cuidado al tomar esta decisión ya que habitualmente lo que estamos haciendo es desdoblar o subdividir rítmicamente pero manteniendo el mismo «beat». Lo puedes comprobar si logras seguir esa parte más tranquila o más intensa del tema manteniendo la claqueta al mismo bpm.
Info: en el siguiente enlace puedes ver los BPMs más frecuentes en distintos géneros musicales.
4- Revisa la estructura y la duración de tu canción
Infórmate sobre las estructuras más comunes de una canción pop, rock o del estilo en el que estés componiendo. Investiga, analiza y sobretodo experimenta. Cambia el orden o duración de las partes, añade una sección nueva o quita una repetición innecesaria. Modificar la estructura del tema más adelante no es algo dramático, ya que a veces es simplemente cortar y pegar, pero lo ideal será comenzar a producir con una propuesta que funcione bien con un instrumento y voz.
Observa cuánto dura tu canción. De nuevo el grabador de voz del teléfono puede ser tu gran aliado, o ten siempre a mano un micrófono para grabar voz de forma rápida en tu ordenador. La duración habitual de una canción de pop o rock es de unos 2:40 a 4:30 minutos. Si tu composición es más larga plantéate la posibilidad de acortar alguna de las partes o eliminar alguna repetición. Si la duración es menor puedes añadir una sección nueva, como un puente (o parte C), un solo instrumental o una coda final.
No hay una fórmula exacta en ningún aspecto de la composición. Por ejemplo en este caso, hay canciones que han logrado un éxito rotundo con duraciones de dos minutos (Song 2 – Blur) o más de siete (Hey Jude – The Beatles). También señalar que depende del estilo que hagamos. Los temas de larga duración son muy comunes en electrónica, remixes y variantes del rock clásico o instrumental. Otros estilos como jingles o canciones para publicidad suelen tener una duración de unos 30 segundos. En el siguiente enlace tienes más información sobre la estructura de una canción.
5- Visualiza el estilo y dirección musical de la producción

Usa referencias de canciones de otros artistas. Busca y analiza uno o dos temas que puedan servir de ejemplo o inspiración en cuanto a dirección musical, arreglos o estructura para tu composición musical. Aunque te aconsejamos tener cuidado de no caer en el plagio, seguro que te servirán como punto de partida al escribir canciones o te darán ideas para definir el camino a seguir en la posterior grabación.
Intenta ver de forma objetiva la dirección natural que tiene tu canción. La producción final puede quedar algo forzada si intentamos llevar nuestro tema donde no funciona.
Aporta una explicación detallada de cuáles son los aspectos que te gustan de cada canción. Puede ser muy útil para el productor comprenda mejor el sonido que quieres conseguir en la fase de instrumentación y en otros procesos técnicos como la mezcla o el mastering.
En GuitarRec, solicitamos ese tema o temas de referencia, como punto de partida en todos los trabajos de producción musical online que realizamos. Ya sabes, una imagen vale más que mil palabras.
¡Crea, experimenta y disfruta!
Tutorial creado por Vicen Martínez (productor musical, compositor y guitarrista online de GuitarRec.com)
Imagen del artículo de Bas van Daalen.

- Posted by Vicen Martínez
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